Dado que con los años, cada vez es más difícil juntarnos los amigos, cada San Fermín hacemos lo posible por quedar a cenar un día.
Mientras estás casado sin niños, el trabajo no es impedimento, consigues hacer un hueco para cumplir con la cita, pero en cuanto llegan los churumbeles la cosa se complica.
Este año hemos quedado para hacer la cena de la cuadrilla (tradición anual) el día 9, que casualmente coincide con el día del niño y este ha venido a ser mi día de la cena (bastante completito como veréis).
"¡Mmmmhh! ¡cuánta luz entra por las persianas! ¿Se oye ruido? ¿Ya serán las 8:00 h? No, aún no he oído el cohete del encierro." Miro el reloj: 9:40h
"¡¡¡NO LLEGAAMOOOOS!!!"
"¿Qué dices? ¿Qué pasa?" - Me dice JA mientras salto de la cama como si tuviera un resorte - "Digo que hemos quedado en 1 hora y todavía hay que darle la toma al bebé"-que solo tiene dos meses y tarda un buen rato en tomar su desayuno- "preparar la ropa, despertar a O" -que tiene 4 años y ayer o mejor dicho hoy se ha dormido después de la 1h- "y arreglarnos todos".
Como si atuviésemos un cohete implantado en salvas sean las partes (vaya, en el culo...) empezamos a correr para llegar con una tardanza moderada a la cita en la fila para hacer la ofrenda a San Fermín. El problema principal es que nosotros no podemos hacer que el peque coma más deprisa, ni que O se desperece justo al saltar de la cama (a no ser metiéndola bajo una ducha de agua fría -y no es cuestión, pobre...)
Cuando al fin conseguimos estar listos vamos a la calle y vemos como el bus se nos escapa en las narices... eso significan otros 10' de retraso (con lo bien que vamos...). Llega el siguiente bus y entramos con el cochecito bajo la huraña mirada del conductor a quien parecemos deberle algo. De hecho, la familia que va tras nosotros (también con silleta incluida) es la última en conseguir pasar este artilugio, que al chófer debe parecerle una herramienta del demonio o algo así, dado la cara que pone cada vez que ve una. Tras nosotros, creo contar que el chófer rechaza unas 20 silletas de las cuales al menos 4 podrían haber entrado sin plegar y por supuesto unas cuantas más plegadas (más pensando que es el día del niño...)
Al fin llegamos ante la iglesia de San Lorenzo, lugar donde se guarda al santo que está a punto de salir para la ofrenda floral.
Parece que todo está en orden, mis suegros han cogido un buen sitio y nos acercamos a ellos para reemplazarlos en la fila. Sale el santo, le hacen una
"mini
misa" con un
"mini
sermón" que acaba siendo casi tan larga como cualquier misa
"medium
-size
". Enseguida anuncian que podemos comenzar a subir con las flores para honrar al santo. Y en ese momento comienza a meterse en la fila (delante nuestra, por supuesto) algo así como la mitad de Pamplona y comarca. El puesto nº 20 que a mi suegra tanto le ha costado conseguir llagando a las 10:15 se ha convertido en casi 1 h más de espera, con el consiguiente cabreo y mala sangre que te avinagra el evento (el año que viene me vengo a las 13:30h, que así no tengo que correr y encima seguro que tengo que esperar mucho menos).
Afortunadamente después del evento nos encontramos con conocidos y amigos que nos hacen cambiar de humor.
Entre ellos, nuestros bloggers amigos
Araque y Belagua.
Paseíto, sentada en una terraza bajo una buena sombrilla tomando un aperitivo para relajarnos un poco y de repente...
"¡¡¡MAMÁ LA COMPARSAAAA!!!"
O ha visto a los cabezudos y quiere ir con ellos; como normalmente se acobarda y estamos solo un ratito me ofrezco a acompañarla para que los vea. Dejamos a familia y amigos ante sus bebidas fresquitas y cruzamos la plaza a todo correr. Llegamos hasta el gentío y al primer signo de cabezudo aproximándose... "Ay, cógeme a hombros que me van a dar..." Y aquí una que es más blanda que un flan... la subo a mis hombros (error fatal) ve a los gigantes y lo siguiente que sé es que me encuentro al lado de su "casa" viéndolos bailar y cuando me miro el reloj ha pasado casi media hora. "Estos me matan" -pienso- "habíamos dicho que volvíamos en un momento y aquí estamos..."
Tras pelearme un rato con O consigo volver a la mesa dónde todos esperan con cara de "¡YA ERA HORA!" nos despedimos y vamos al bus donde esta vez topamos con un conductor muy amable que nos da todas las facilidades para subir.
Al llegar a casa O está tan cansada que ni quiere comer y la verdad... hoy no tengo ganas de pelearme. Milagrosamente y a pesar de todo, come casi sin protestar (debe ser que el santo nos ha echado el capotico, algo bueno ha salido de la ofrenda).
Por la tarde, después de la siesta que todos han disfrutado menos yo (que tenía mucha "faena") otra vez nos liamos la manta a la cabeza para que O pueda jugar con la arena. Nos peleamos, merendamos, nos vestimos... cogemos un bus (esta vez a el segundo porque el primero va lleno) y comenzamos el peregrinaje hacia chiquilandia.
- Primera estación: Puesto de helados. Es difícil elegir pero el chocolate nunca falla y me dará algo de energía.
- Segunda estación: ¡Baños a la vista!. Como viene siendo costumbre para O a la vista de un baño siempre tiene ganas. Así que recién empezado el helado, toca llevarla. JA se ofrece pero ¡el baño de chicos está estropeado! así que ¡me ha tocao!.
Por una vez parece que es verdad que tiene ganas y no llega a tiempo -ups- "me he mojado..." ¿y ahora qué? Afortunadamente llevamos la mochila de noche para casa de los abuelos y saco el pantalón de pijama (ahora me alegro de haber cogido el corto) que nos servirá de improvisada ropa interior, por supuesto, bajo la impoluta minifalda blanca.
Para cuando retomo mi helado se ha quedado reducido a una mousse de chocolate semiderretida que hay que comer casi sin respirar (vaya chasco).
- Tercera estación: "Me hace daño el zapato..." (primera alzada)
- Cuarta estación: "¡Mira Mikey! quiero un globo" (explicación de porqué Mikey tiene las manos como nosotros y no de tela como el resto del cuerpo).
- Quinta estación: "¡Hala, la tele!" (¿no la ves bastante en casa?; por cierto segunda alzada)
- Sexta estación: "¡¡¡¡He visto a Iván!!!!" (amigo del alma)
- Séptima estación: "La arena, he visto la arena" (y no la de la playa)
Por fin se acaba el viacrucis y llegamos al dichoso recinto arenado donde podremos parar hasta la hora de llevarlos a casa de los abuelos. A todo esto, el bebé sólo mira, duerme y come (una bendición).
Miro el reloj 20:55h
¡¡¡¡¡¡NO LLEGAAMOOOOS!!!!!!
Esta vez optamos por la alzada continua y mientras uno hace deporte rural de carrera con peso sobre hombros el otro participa en los 1000m rallie /slalom para cochecitos entre el gentío.
Problema añadido ¡hay que cruzar la salida de las peñas! cambio de papeles, yo hago de harrijasotzaile y JA cruza la multitud con el bebé que continúa dormido en su cochecito.
El bus se nos vuelve a escapar en las narices pero afortunadamente enseguida llega otro.
Llegamos a casa de los abuelos, dejamos a O, alimento al bebé, avisamos de que llegamos tarde, nos despedimos y salimos corriendo para llegar otra vez a coger el bus... podía no haberme bajado en todo el día.
Volvemos a Pamplona de nuevo, bajamos del bus y de pronto me siento como si llevara una semana descansando en un balneario (hay que ver lo que hacen 10 minutos sin los niños). Ahora estoy preparada para todo y como dice Rosarillo "Marcha, marcha, queremos marcha, marcha"
"Esta noche quemo la ciudad" (al menos hasta que me llamen porque hay que alimentar al bebé, calculo que unas 3 o 4 horas).
Despiporre, una cena genial y de postre cantamos alguna jota y sobre todo los clásicos infantiles de nuestro tiempo. Espero que me dé tiempo de bailar un ratito. Las 12:00, hora de cenicienta. JA manda un SMS a los abuelos para asegurarnos de que todo va bien. Esperaremos a que nos llamen para decir que debo bajar.
1:00AM no llaman, genial sigo de marcha
2:00AM no llaman, ¡vaya! genial, sigo de marcha
3:00AM no llaman, es un poco raro, pero si pasara algo habrían llamado, sigo de marcha
3:30AM no llaman, me estoy empezando a mosquear pero ya llamarán, sigo de marcha
4:00AM esto ya no es normal para nada, "¿nos vamos?" -JA me tranquiliza, "ya llamarán"; con reparos, sigo de marcha
4:30AM algo ha pasado, es imposible que esté durmiendo más de 6 h seguidas...
Ante la perspectiva, nos encaminamos a casa, siendo por cierto casi los últimos en retirarnos; tan solo quedan 3 incombustibles que mañana no se han de preocupar.
Corremos al bus, vamos a casa de los abuelos y nos los encontramos despiertos viendo como duerme el bebé que por primera vez en su vida va a dormir 7:15h (ha tenido que elegir esta noche para alargar el sueño nocturno) bueno, de momento a mí que me quiten lo bailao...
Buenas noches y a dormir que en 4h tenemos que estar bailando con los gigantes...