Esta es una frase demasiado recurrente últimamente, que hemos comentado asiduamente en las diversas (casi semanales) cuchipandas de la cuadrilla, y que incluso llegó a hacer merecedor a Robertus Máximus del premio "Mansico de Oro 2008" por aclamación popular.
Pues va a ser que no.
En realidad, creo que ninguno creemos realmente que un hijo coarte de tal forma nuestras vidas, aunque sí es cierto que se producen algunos (importantes) cambios. La frase es probablemente una socorrida excusa en determinadas ocasiones.
Sin embargo, he pensado que podría ser buena idea escribir aquí sobre algunas ideas y excursiones para hacer con niños, simplemente basadas en mi propia experiencia, que consiste en la feliz paternidad de una niña de 4,5 años y un niño de 0,25.
No quiero entrar en demasiados detalles de lo obvio: paseos aquí y allá, cena en casa de unos amigos, barbacoa en el campo... He pensado que quizás lo más interesante podrían ser ejemplos de excursiones concretas que estén perfectamente adaptadas para su realización con niños.
Para estos menesteres, hay cierta bibliografía básica de la que yo suelo echar mano. Se trata de:
- "Paseos por Navarra. 40 itinerarios para recordar", distribuído en forma de fascículos por "Diario de Noticias"
- "Rincones Singulares. Navarra", también distribuído como fascículos por "Diario de Noticias"
- "Rutas Navarra / Napar bideak"
- "Montaña de Navarra"
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