miércoles, 2 de diciembre de 2009
Nikola Tesla
Hace unos días empecé un post para hablaros sobre el gran Nikola Tesla, un científico e inventor situado entre los siglos XIX y principios del XX. Mi curiosidad inicial se despertó al ver la película del domingo por la noche en tve1, “El truco final”, en la que aparece Tesla encarnado por David Bowie en el filme.
Pero como lo primero que hay que hacer para hablar de algo con fundamento es leer previamente, me lancé a las averiguaciones sobre la vida de este misterioso y poco conocido personaje. Cuál fue mi sorpresa al ver que a la gran mayoría no sólo nos es ajeno su nombre, sino cuánto le debemos todos por sus grandes aportaciones a la ciencia y a la vida moderna tal y como hoy la conocemos, imposible de ser realizada sin los descubrimientos de este gran genio casi contemporáneo.
Pero si algo tiene Internet - aparte de endogámica para mi gusto - es que puedes encontrar información de todo tipo, y sobre Tesla se puede encontrar en grandes cantidades, dada su interesantísima experiencia vital, salpicada de incidentes por demás extraordinarios que aún realzan más su halo de misterio que tanto gusta por estos pagos.
Yo ya había oído hablar de él en mis tiempos de estudiante, dado que su apellido es la unidad de la inducción magnética. Algo muy técnico, pensé yo entonces, y no iba muy desencaminado.
Años más tarde, como seguidor incondicional de Juan Antonio Cebrián en su programa “La rosa de los vientos”, un pasaje de la Historia suyo me interesó vivamente pues describía como nadie –cuánto te echamos de menos, Juan Antonio- la vida de este nómada matemático, ingeniero y físico, su lucha continua, su increíble entrega a la Ciencia y sus no menos increíbles descubrimientos.
Nikola Tesla nace el 10 julio de 1856 en Croacia, hijo de un pastor protestante y de una madre de excepcional capacidad intelectual. Estudia en Europa y es ahí donde comienza a desarrollar los usos de la corriente alterna (AC) en motores, en detrimento de la corriente continua (DC). Sus investigaciones y la pujanza tecnológica de Estados Unidos lo llevan a este país, donde trabaja para la General Electric de Thomas Alva Edison, otro gran genio de la época, que por aquel entonces desarrollaba la corriente continua como la energía que iba a mover la naciente industria eléctrica.
Pronto Tesla demuestra que sus motores son mejores que los de Edison (a pesar de que la corriente continua era el estándar utilizado en USA), y tras un desencuentro, rompe su relación laboral con él.
No encuentra trabajo como ingeniero, y trabaja como obrero raso instalando cable en Nueva York.
Mientras tanto, sigue investigando, funda su propia compañía y da conferencias. No pasa desapercibido el genio de Tesla para Westinghouse, un avezado industrial que había hecho fortuna con la invención de un freno para trenes (otra de las grandes industrias del momento), y es contratado por él. Con los medios que aquél le proporciona, Tesla desarrolla patentes para la corriente alterna, e incluso diseña y construye un sistema de aprovechamiento hidroeléctrico de las cataratas del Niágara, y suministra energía eléctrica a la ciudad de Buffalo, a 22 millas de distancia. Esta es la principal diferencia y ventaja de la AC respecto de la DC, que es el transporte de la energía sin pérdidas en el camino.
Westinghouse hace rico a Tesla, que cobra royalties por sus inventos, y tras un pacto, Tesla cede sus patentes y queda libre para desarrollar los fundamentos de la corriente alterna y otras investigaciones.
Comienza a desarrollar la idea de la transmisión de energía eléctrica sin cables, y sorprende al mundo cuando es capaz de encender tubos de gas sin conexión directa.
En aquellos momentos es cuando inventa el control remoto y sienta los fundamentos de la radio, descubrimientos éstos que son aprovechados por Marconi para adjudicarse su invención, pero utilizando patentes ya registradas por Tesla. Marconi recibe el Nobel en 1909 y Tesla queda en el anonimato.
Necesita construir un laboratorio, y John Jacob Astor – propietario del hotel Waldorf Astoria- le da el dinero necesario. Se traslada a Colorado, donde se instala y comienzan los experimentos. Llega a la conclusión de que la Tierra está cargada eléctricamente y se propone aprovechar esto para sus fines. Erige un mástil coronado con una esfera, a través de la cual transmitiría la energía eléctrica a distancias máximas. La noche del experimento el mástil emite rayos y estallidos que pueden verse y oírse a varias millas de distancia, para finalmente quemarse y destruir el generador.
Aunque fallido, todo el proceso le da ideas y sugiere el desarrollo del radar.
Esperanzado, decide levantar un nuevo laboratorio, esta vez con más medios. Construirá una gigantesca torre que hará posible una comunicación inalámbrica mundial, así como la transmisión de energía a escala global. Se trata del proyecto Wardenclyffe. El banquero J.P. Morgan financia a Tesla, a cambio de sus patentes.
Realiza algunos experimentos, pero la magnitud de la torre y de las pruebas hacen necesarios más fondos económicos. La negativa de J.P. Morgan a seguir detiene el proyecto y Tesla debe abandonar. La torre es destruida y con ella las ilusiones de su creador para proveer al mundo de energía eléctrica.
Sin embargo, Tesla no deja de estudiar, investigar y experimentar. Así, idea un modelo de turbina que posibilitará un aterrizaje y despegue vertical en un avión, incluso un “rayo de la muerte”, capaz de destruir aviones enemigos a distancias extraordinariamente grandes. En muchos círculos Tesla ya es tomado por un loco visionario, más cerca de la ciencia ficción que de la realidad.
Cada vez más presionado por las deudas, Tesla sobrevive gracias a una pensión del gobierno de Yugoslavia, y según un artículo del New York Times, es propuesto al Nobel de 1915, que rechaza por tener que compartirlo con Edison, y porque Marconi ya lo había recibido.
Muere en Nueva York, pobre, solo y olvidado, un frío 7 de enero de 1943, tras una vida trepidante en la que conoció éxitos y fracasos, y sobre todo dejó para la Humanidad un hermoso legado de superación y de prodigiosos artefactos que nos hacen hoy en día posible la vida diaria tal y como hoy la conocemos.
Descansa en paz, Tesla, la Humanidad todavía necesita hombres como tú para que algún día podamos alcanzar las estrellas y tocarlas con la mano.
Vía:
http://www.microsiervos.com/archivo/ciencia/150-aniversario-nikola-tesla.html
http://www.energialimpia.co.cc/inventores/46-nikola-tesla.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Nikola_Tesla
http://www.monografias.com/trabajos30/nikola-tesla-cientifico-sabio/nikola-tesla-cientifico-sabio.shtml
http://www.anfrix.com/2007/08/el-rayo-de-la-muerte-de-tesla/
http://www.teslasociety.com/biography.htm
http://nobelprize.org/nobel_prizes/physics/laureates/
Etiquetas:
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