miércoles, 23 de junio de 2010

¿Cuántos chinos harían falta para beberse el pantano de Yesa?

En cierta ocasión, nos encontrábamos bañándonos en el pantano de Yesa (compartido entre Navarra y Aragón, y que actualmente se está recreciendo), cuando nuestro buen Iñigus se quedó pensativo mirando al infinito.
Alguno de nosotros se quedó preocupado por su semblante, y le preguntó qué le pasaba (pues por entonces los amores le eran esquivos).

E Iñigus nos preguntó a todos, y a toda la Humanidad:
- Pero, ¿os habéis fijao la cantidad de agua que hay aquí?...¡Hay la hostia!...¿Cuántos chinos se necesitarían para beberla toda?
Descojono general.



Pero nadie respondió su pregunta, que desde hace muchos años todavía resuena en algún rincón de nuestra mente.
Pues resulta que gracias a Internete la cosa es más o menos sencilla:
Si consideramos que ahora mismo el consumo de agua por habitante y año en China es de 700 m3, y que la capacidad del embalse de Yesa es de 447 hectómetros cúbicos=447.000.000 de m3, resulta que dividiendo, en un año necesitamos 638.571 chinos, más o menos la población de Guilin, una ciudad al Sur de China.

Pero la cosa aterra más si consideramos la población total de China, que más o menos son 1.300 millones de personas. Si cada una bebe el promedio antes descrito, entre todos se beberían Yesa en (cálculos otra vez) aproximadamente 0.00049 años, o sea en algo más de cuatro horas y cuarto.

Eso es beber y no lo que algún cantamañanas dice que bebe por los bares, rediela!!!!

sábado, 19 de junio de 2010

La comida de un basajaun navarro

Uf, después de la paliza que me he dado para hacer el material de este post, no sé ni cómo empezarlo. He empezado a las 17:00 y he terminado a las 23:00, lo cualo quiere decir que me he tirao nada menos que seis horas de tarde de sábado entre fogones. Hombre, hoy no estaba el día como para ir a la calle que digamos, pero en fin, todo sea por el buen yantar.

Tras esta vrebe introducción, inclullendo faltas hortojraficas, vamos al tema que nos ocupa.
Hoy he cocinado la que yo creo que puede denominarse carta típica de un restaurante en Sanfermines, que todo buen guiri debería meterse entre pecho y espalda si visita nuestra ciudad (¡Ya falta menos..!).
La receta de hoy es:

- Pochas con jamón
- Toro
- Tarta de queso

Puede decirse y de hecho se dice, que el que sobrevive a un menú de estos con platos bien colmados y sin escatimar pan, bebe de firme (si no, se nos muere) y vive para contarlo, es poco menos que digno de ser conservado en formol para el estudio de las generaciones venideras.
Mesplico; este menú calculo yo que tendrá como dieciochomil calorías cuadradas por unidad de superficie.
Vamos a pasar a la demostración:

Tómese los ingredientes necesarios para un buen plato de pochas, que güelga decir que son pochas (alubias blancas tiernas), cebolla, tomate fresco, pimiento choricero, pimiento verde, ajo y unas lonchas generosas de jamón.



Ottiá, ¿y las pochas?. Esperad hombre, que tiene que hervir el agua (claro, todavía no hay pochas frescas, estas son congeladas). Las frescas vienen sobre San Fermín o así, depende del año.



Bien, ya está todo partidito y el agua a punto, ahora hay que echar las verduras y las pochas al agua. El jamón se freirá más tarde en una sartén y se echará al final a las pochas.

Trinki-trinki-trinki-trín..... PEGA FUEÉEEGOAAALL CHAPARRAAAAAÁÁÁ-AAÁALLLLL.
(Música de jota navarra)

Efectiviguonder le damos fuego al asunto, que por ciencia infusa nadie ha comido pochas, y mezclamos todo añadiendo un chorrito de aceite y agua del grifo de Arteta:



Cuando ya está a medio hervor, se le añade el jamón frito con su aceitillo correspondiente:



Tras una hora más o menos de cocción, la cosa se ha convertido en una auténtica delicia (y digo más o menos porque no tengo ni idea de cuánto rato me tiré comprobando cuándo estaban hechas), pero ahí va el resultado:




De escándalo.

Bien, ahora toca cocinar el bóvido macho, o sea el toro.

Para ello nada mejor que armarse en condiciones con los ingredientes necesarios, que aquí veis en la foto. Cada bandeja es un kilo de carne magra sin güeso. Como veis, lo mejor es calcular por raciones de un kilo para que no haya sorpresas finales raras.






El proceso comienza salpimentando la carne, rebozando en harina y sofreír ligeramente a fuego vivo, para que la carne cierre poro y no deje escapar jugo.



La cosa va avanzando, y picamos todos los ingredientes bien picaditos y reservamos mientras terminamos de freír.



Ahora, en el aceite que ha quedado, pochamos bien las verduritas, que tomarán un colorcito rico rico.



Y una vez pochadas, las pasamos por el pasapuré (yo lo hice con la batidora que casi es lo mismo), y se las echamos encima de la carne.



Sí, ya sé que queda como una plasta naranja encima de la carne, pero todavía nos queda un as en la manga:



Añadiremos laurel, clavo y una pastilla de chocolate, cuanto más puro mejor. A los que gustan de chocolates ya sabrán que a mayor porcentaje de pureza el chocolate es más amargo.



Bien, pues ya sólo queda añadir medio vaso de vino blanco, medio de vinagre de vino y agua hasta cubrir, cerrar las ollas y......



Cuarenta y cinco minutos más tarde, que podéis aprovechar para ir al baño (a estas horas de cocinada, tenemos quince litros en nuestro ser pugnando por salir)
Importante, los 45 minutos son de fuego medio, luego hay que apagar y dejar las ollas con el calor residual otra media hora por lo menos.


Y al destapar las ollas, tenemos este bonito y sorprendente resultado:



Que os detallo aquí mismo:



¿Y las patatas?¿Ande se ha visto un estofado de toro sin patatas?.. Calma, que eso se hace al día siguiente pues las pochas y el estofado saben mejor al día siguiente.


Yo, tras probar ambos platos recién hechos, os diría que las pochas estaban sosas y poco cocinadas, y el toro un pelín soso también. Pero como ya me sé yo lo que pasa con estos platos, preferí arriesgar y dejarlo estar a ver qué pasaba.


Bien, ya es un día más tarde y ya sólo queda freír patatas a discreción




Y más patatas a discreción:




He visto variantes de hacer la patata a la vez que la carne, pero si se hace de víspera la patata queda dura, y de todas formas una patata en 10 minutos de olla se cuece, con lo que le sobrarían 35 minutos, que lo único que hacen es romperla y comer migajas.

En fin, con la patata ya en su sitio, ya sólo queda calentar todo al mínimo (eso nos llevará por lo menos una hora larga), y disfrutar con la comida y la conversación



Os puedo decir hoy, tras convertirme en la primera central humana de gas metano, que ambos platos estaban de 10, y si me presento a subir nota, saco hasta 14.
La sosez del día anterior de ambos platos había desaparecido, y la salsa había engordado sustancialmente (de hecho, la del toro era casi gelatina).

En fin, que si no llega a ser por la salva de obuses con que hemos atacado (que os detallo aquí abajo), no salimos victoriosos.



Un saludo a todos los triper@s del mundo

El coste del servicio

Hoy, mientras me desayunaba mi café y mi bollo, me he desayunado también que el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra va a informar a los usuarios del coste de los servicios que presta, esto es, cuánto supone al erario público (todos nosotros) una visita al médico de cabecera, por ejemplo.

Puestos a pedir, también me gustaría conocer el coste de otros servicios que tenemos, como lo que nos cuesta a los mismos de antes (todos nosotros) el puesto de trabajo de algún político que otro (incluyendo claro está sueldos dobles y triples, pensiones vitalicias y otros componentes)

A lo mejor nos quedábamos ojipláticos.

Y que conste que soy de los que piensa que efectivamente se está abusando de un sistema sanitario modelo en el mundo, pero que le falta control. Conozco casos de gente que ha ido ¡a Urgencias! por una gripe normal porque "es que el médico me va a dar una aspirina". Una HOSTIA en tol morro había que darte.


¡Cómo está el servicio!

martes, 15 de junio de 2010

Streetview

Con suerte, esta será la penúltima entrada que redireccione directamente el blog al post de "¿Ves la señal?".

lunes, 14 de junio de 2010

Missing

Missing es la película protagonizada por Jack Lemmon, que en España se rebautizó como "Desaparecido".
El filme relata la desaparición de un ciudadano estadounidense tras el golpe de estado de Pinochet. Su padre vuela desde USA para buscarlo, y tras mil y una desventuras con la embajada americana, logra averiguar por su cuenta que ha sido fusilado poco después de su detención. Va a pedir explicaciones al embajador, que le explica duramente que una embajada viene a ser como una representación de las empresas estadounidenses, y que debe salvaguardar los intereses del país, mucho más importantes que la muerte de un chico que se metía donde no le importaba.
En esa secuencia Jack Lemmon acaba llorando tras ver la cruda realidad, mira por una ventana y dice:
- "Qué bonito está el jardín...pero no hay nadie ahí afuera"
- "No se puede tenerlo todo"-responde el embajador

No sé porqué, pero me ha venido a la mente cuando he leído la noticia de que en Afganistán se ha descubierto ahora la mayor mina de litio del mundo, que alimentará nuestras baterías de móvil, nuestros ordenadores y todo lo que entendemos por progreso. Aunque eso signifique otra nueva película de Costa-Gavras.

sábado, 12 de junio de 2010

Cómo ligar en Pamplona

Volando, vooolaaaaaaaaaando, a Pamplona voy volando.
Bien, pues tras navegar por las procelosas aguas de Internete he visto que sobre todo en Pamplona, hay un tema candente, y lo sigue siendo desde hace por lo menos veinte años: ligar.
Yo hace esos mismos veinte años que dejé atrás mi jumentud, y ya no frecuento los sitios ni las horas a las que es necesario acudir para ligar. Esto es, los bares o las discotecas los findes por la noche. Claro está, me refiero a ligar sin conocer previamente a la chica, o sea, jugarse el tipo.
No sé cómo será ahora, pero os lo voy a contar para que os riáis un rato de lo anormales que se puede llegar a ser con veinte años.
Bien, comencemos.
Os lo voy a relatar como un soldado que va a las Cruzadas, porque entonces la cosa no era para menos.

El buen soldado lo primero que debe tener en cuenta que él solo no puede conquistar Jerusalén, necesita un buen ejército (léase los amigos).
También ha de tener en cuenta que la empresa que acomete no es sencilla ni mucho menos, pues el Infiel es poderoso y cuenta con terribles aliados (o sea, la chica a ligar va a ser dura de cojones, y tiene pérfidas amigas que harán lo que sea con tal de que no te la lleves al güerto).
Asín pues, el buen soldado además de serlo debe parecerlo: hay que ir limpio y aseado (nadie quiere saber nada de un soldado oliendo a sobaquina), vestido de persona y no de gañán con chándal de yonki, debe oler agradablemente y no a güiscazo, debe tener conversación fluida pero no ser un chapas. Si a todo esto le acompañamos una buena ginebra con limón tomada a sorbitos, ya estamos preparados para el primer asalto.

Tras esta pequeña introducción teórica, vamos al magro del asunto, que es explicar las tácticas.
La situación suele comenzar cuando un grupo de féminas al cual nadie conoce irrumpe en el campo de batalla (el bar), se sitúa en un rincón del mismo, y no hace nada. Piden su consumición y hablan generalmente en grupitos de dos o tres, pues la música ambiente no permite la comunicación en grupos de más personas.
A estas alturas de la invasión, nuestro comando de zapadores especiales ya debe haber reconocido el terreno: unas miraditas hacia el grupo que sean devueltas ya nos dice cuáles deben ser nuestro objetivo principal. No desestimaremos los objetivos secundarios de momento, pues todavía es pronto para tomar decisiones: en muchas ocasiones se persigue una estrella fugaz para dejarse un diamante en el camino.
Bien, en el juego de las miraditas la cosa generalmente va a más, sobre todo cuando la chica aparte de mirar hace comentarios al oído a una de sus amigas, que también mira. Se puede decir ya que se ha seleccionado el objetivo (y él a nosotros). Si en cambio los comentarios tras las miraditas son a casi todas las chicas del grupo, deberemos cesar en nuestro intento: es un akelarre en el que se está despellejando vivo a un macho cabrío, y cualquier incursión en el grupo terminará en fracaso y en un bochorno espantoso.
Si en cambio se ha producido el primer caso, o sea, hemos conseguido una convergencia de intereses, la cosa va más o menos bien, pero tan sólo hemos destapado la caja de Pandora, ya que a partir de ahora lucharemos contra las serpientes más ponzoñosas y los demonios más iracundos, o sea, las amigas envidiosas.
Hay que entrar…¿cómo hacerlo?. Es como el salto BASE, da vértigo pero una vez hemos dado el impulso es como estar flotando, sólo nos dejamos llevar.
Lo más rápido y que mejores resultados da es esperar pacientemente como ave de presa a que pongan una canción bailable tal como una buena ranchera, o algo que exija el agarre mutuo de cuerpos de distinto sexo. Para ello, nada mejor que mandar un comando especializado en forma de amigo que pida al camarero que ponga una canción al efecto. En Pamplona dan mucho juego las canciones sanfermineras que son como un éxtasis colectivo, es raro que una de estas falle.
Las chicas de por aquí generalmente se ponen (o ponían) a bailar juntas entre sí, y es entonces cuando el Infiel ha de ser sorprendido en su momento más débil, pues la cohesión de grupo se ha roto. Nos pondremos al lado de la chica y le tendemos la mano, sosteniendo la mirada que debe ser agradable y nada rijosa aunque ya estéis pensando en las pelis gorrinas que os bajáis del emule.
Y es precisamente aquí cuando Miguel Ángel debió pintar la creación en la capilla Sixtina, cuando Dios da la vida al hombre, pues si la chica os devuelve la mirada y os coge la mano, mil trompetas sonarán en el cielo aunque el cubatazo que lleváis entre pecho y espalda no os deje oírlas.
El baile debe ser suave, acompasado y siguiendo los ritmos, dejándose llevar por el ambiente y por la música, pero no hay que confiarse pues sólo disponéis de dos o tres minutos antes de que se rompa el encantamiento, así que debéis ser fríos como el hielo del vaso que tenéis en la mano y comenzar por la conversación, que lógicamente ha de pasar por preguntarle su nombre. Porque el soldado que tenemos enfrente es un soldado como nosotros, respira como nosotros, sufre como nosotros, tiene sentimientos, tiene corazón, y además tiene dos poderosas razones por las cuales somos capaces de vender a nuestra propia madre en ese momento.
Así que impasible el ademán, con una mano en su mano y la otra en su costado, bailaremos y averiguaremos valiosos datos, tales como su nombre y si suele venir a ese bar concreto, y si no es a ése cuáles suele frecuentar. Aquí la atención debe ser máxima, pues son datos vitales para la consecución del objetivo.
Aun herido, el Infiel se revuelve cual gato panza arriba, y aunque sus ojos digan sí, su boca dice no, vamos, que además de dar un nombre falso dice que no suele venir nunca por aquí, aunque nos conozca de vista. Si no tenemos pruebas (para esto hay que ser buen fisonomista), lo prudente es acabar cortésmente el baile y a por otro cubata. Pero si la pillamos en renuncio, hay que sacar la caballería acorazada y martillear sin piedad…”pero si te vi el sábado pasado aquí mismo con tus amigas”. Es un golpe de efecto demoledor, pues le hemos mostrado que a nuestro servicio de inteligencia no se le engaña fácilmente, y además que nos hemos fijado en ella.
Llegados a este punto, en que ya tenemos el nombre verdadero y sus costumbres noctívagas, queda una muralla no menos formidable ante nosotros… “¿de qué cojones hablo yo ahora”?.
Bien, el espionaje previo al escrutar tras el culo del vaso del cubata nos ha ofrecido valiosos datos tales como complexión física, peinado, vestimenta, tipo de bebida que pide, piercings, tatuajes y todo aquello que se ve a simple escaneo a 1200 pixeles por pulgada (incluyendo escote vertiginoso en su caso). Estos datos son los que definen la posterior conversación, que versará sobre temas deportivos si la moza tiene complexión como para serlo, sobre ropa moderna si su indumentaria lo es, sobre tatuajes o piercings si tiene uno, y sobre peinados solamente si el soldado de asalto no es calvo, porque si no queda como mal.
A partir de aquí, el verbo y la locuacidad es importante, así como saber administrar los silencios efectistas. La regla de oro es que si alguien sale a las tantas de la noche fuera de su casa, no es para que le larguen el cuento de María Sarmiento, sino para pasárselo bien ergo reírse….
Pero poderosos ángeles caídos nos acechan, nos miran desde lo más profundo de sus madrigueras, sus ojos inyectados en sangre son como antorchas, y como un solo hombre, acudirán a la llamada del Ragnarok a devastarnos con sus voces horrísonas y sus manos de seres de otro mundo. Las amigas, al ver la jugada maestra, se le acercan y le empiezan a preguntar cosas sin importancia al oído, más que nada para distraer su atención, o incluso sugiriendo el cambio de bar…”¡¡¡Mecago en su pu.. m…!!!!!”. Es el momento de llamar al Estado Mayor del Ejército Cruzado (mirada de auxilio a los amigos), que debe estar emplazado a la distancia no mayor de un paso de marcha ligera, y usar la formación romana de la tortuga. La primera línea de combate la formarán veteranos de guerra de amplia espalda, que interpondrán entre nuestra línea visual y los demonios, y resistirán el mayor tiempo posible sus furibundos ataques. Es cuando debe mandarse de urgencia a un zapador a que pida al camarero otra canción de sanfermines, aunque sea la misma que antes (total, nadie se va a dar cuenta o no le va a importar).
Los diablos, cuales cobras venenosas sentirán por unos minutos una música rítmica bombear por sus venas, y quedarán parcialmente anestesiados. Ahora es cuando el grueso de nuestro glorioso Ejército debe lanzar el ataque final: son los amigos quienes deben sacar a bailar al resto del grupo, disgregándolo y haciendo que pierda su poder.
Para entonces, ya habrá pasado un buen cuarto de hora o veinte minutos que nos habrán parecido eternos, y es cuando damos el primer hachazo: “¿vamos a otro bar?”. Es una pregunta que debe hacerse al grupo, pues ya hemos inoculado el virus y éste se propaga con inusitada rapidez. La respuesta suele ser afirmativa, y si no, no se suele esperar mucho para que alguien lo proponga, esta vez con el resultado deseado.
Salimos a la calle, cuando sentimos el aire en los pulmones y vemos a nuestra princesa tal y como es, sin artificios, natural, sin sombras ni nada que pueda esconderla. Tal y como nos ve a nosotros. Es un momento crucial, en el que hay que comportarse como auténticos caballeros de la Orden de los Templarios, y proponer cuanto antes uno de los bares a los que ella ha dicho que va, aunque por dentro nos dé cien patadas.
Entraremos al bar pero con la máxima alerta puesta en los sentidos, pues elegiremos ponernos en un sitio en el que no quepan más de dos personas pegaditas, preguntaremos qué es lo que quiere tomar (lo cortés no quita lo valiente) y lo pediremos en la barra pagando nosotros por supuesto. Porque si la cosa es al revés y nos pregunta ella a nosotros, podemos dar por hecho que hemos conseguido entrar en Jerusalén, y las mil y una noches se abren a nosotros.
Le llevaremos su consumición y se la daremos a la mano, y es aquí cuando la mirada vuelve a tener un protagonismo especial que dice todo, ya sólo queda acercarse un poquito a su cara y…..



Esto no pretende ser un tratado exhaustivo, ya que sólo se ha elegido una de las múltiples variantes que puede darse en el difícil arte de torear sin ser corneado, y que además cada situación puede dar lugar a un sinfín de otras, de forma que unas mismas premisas llevan a resultados totalmente diferentes en función de las circunstancias. Como siempre, el éxito depende de la capacidad del soldado para interpretarlas en su justa medida.

Valor, ¡y al toro!

jueves, 10 de junio de 2010

El estrit viú

Hola!

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Adiós

Me cago en el street view

miércoles, 9 de junio de 2010

El butanero

Hablando el otro día con mi buen OceanOB, me recomendó un blog de ciencia que es oneroso repetir aquí, pero se trata de cienciadebolsillo.
La cuestión es que me picó un poco la curiosidad y un poco las ganas de hacer algo yo similar, pero ¿qué?. En la misma conversación, mantuve que los bloggers se dividen en tres: los opinadores, los periodistas y los que de verdad crean algo nuevo.
Los opinadores pueden ser gente como yo mismo, que su blog no va más allá de las experiencias personales y cosas así.
Los periodistas son los que divulgan conocimiento, pero bebido de otras fuentes, y muchas veces traducciones. Son conductores del conocimiento, no generadores del mismo.
Y por último están los creadores, en verdad escasos. Son los que a partir de la nada, son capaces de crear cosas completamente nuevas, para las que no existe ninguna información, porque precisamente crear es eso, dar nueva información. Asimismo, nuestro no menos buen amigo CarlB defendió esta tesis, redundando en que la Ciencia se construye así. Y que además, cuando un científico hace un nuevo descubrimiento, lo coteja con otros científicos del ramo para que le den su opinión experta, y en caso de aprobación se publica. Es el método de contrastación de resultados, o validación. Por si en una brillante deducción falla el punto menos pensado.

Bien, pues voy a pasar de opinador a divulgador, y para eso me voy a hacer una pregunta: ¿cómo es posible que en una bombona de butano, el gas salga con la misma fuerza cuando está llena que cuando está casi vacía? Es algo que todos hemos visto en casa (cuando en casa había butano) o en el campo haciendo fritanga en el campingás. Ot-tia, pues es verdad, se supone que cuanto menos gas haya saldrá con menos presión..¿o no?. Pues no.
He desenterrado los antiquísimos apuntes de Termodinámica, esa cosa que no nos deja adelgazar si nos ponemos fiemos a comer por mucho que vayamos a la acupuntura. Y dichos apuntes dicen:
Sea el diagrama presión-volumen de un gas real..¿ein? ¿quésesto???. Es un diagrama que representa el estado (sólido-líquido-gas) de una sustancia, por ejemplo butano. Y nos dice qué estado tenemos dependiendo de la presión, el volumen y la temperatura de dicha sustancia. ¿Butano líquido?. Pos claro, si le metemos mogollón de presión se vuelve líquido, por eso una bombona es de acero y no de poliéster, que es muy barato. Creo que ya se hacen bombonas de plástico aunque no estoy muy seguro.
Ahí va el diagrama de marras:



La zona amarilla es donde se encuentra nuestra bombona de butano, de forma que dentro del recipiente tenemos coexistiendo butano líquido y butano gas, que es el que sacamos nosotros por la espita. Conforme vamos quitando gas (que está a una determinada presión), el líquido puede evaporarse y generar más gas, pero sin cambios de presión, pues las moléculas que escapan son las mismas que se generan por evaporación.
Así que poco a poco, el volumen de líquido va bajando y el de gas subiendo, de forma que al final es todo gas y acabamos la bombona.
Sencillo, ¿no?.
Esta cosa tan cotidiana tiene un componente muy peligroso, que es hacerse la pregunta: ¿y porqué la bombona que me dan nunca está llena del todo?¿me están engañando?. No, no están engañando a nadie, es por un comportamiento mucho malo que tiene el pillín del gas, que si observamos la gráfica lo vemos claramente. Si yo estoy dentro de la campana amarilla, y no consumo gas, pero aumento la temperatura…. pues enresulta que me acerco a la zona donde pone “líquido”, o sea, que a la presión interna de la bombona, con el volumen de gas sin tocar (mucho líquido y poco gas, estamos a la izquierda dentro de la campana), y con la temperatura subida de tono, pues TODO se convierte en líquido, y como la bombona está repleta, pero repleta hasta las trancas, y las bombonas no están calculadas para esas presiones, que además se producen bruscamente en décimas de segundos….de repente: ¡¡¡¡PUMBA!!!!. Aparecemos tocando el arpa junto a San Pedro, sin pasar por la casilla de salida ni cobrar los 20 mil reales.
Por supuesto, las bombonas se fabrican con la seguridad suficiente como para que algún garrulo que deja la bombona al sol (incluido el del camión de reparto) no tenga problemas, pero ojo al Cristo que es de plata.
Arrebuscando por Guguel miraos la de camiones cisterna que revientan así porque sí, que ya está bien de decir que el camionero seguro que iba de patxarán hasta las cejas, que es lo fácil.