Cuenta la leyenda que tal día como ayer, 21 de Octubre, pero de 1879, Thomas Edison hizo funcionar durante 48 horas seguidas la que fue la primera bombilla.
Digo cuenta la leyenda, o más bien la historia oficial, porque en realidad ya había habido otra experiencia exitosa en 1854, cuando Heinrich Göbel hizo lucir una ampolla de vidrio a la que había hecho el vacío, con un filamento de bambú en su interior. Tras su desarrollo durante los cinco años siguientes, todavía 20 años antes de la experiencia de Edison, logró que llegase a funcionar hasta 400 horas.
Bueno, pues disputas de patente aparte, si hace 129 años Thomas Edison encendía su primera bombilla, ayer apagué yo para siempre otra más en mi casa, sustituyéndola por una fluorescente compacta (de las de bajo consumo, vamos).
Fue un obsequio recibido en una charla del programa Hogares Kioto en el que estamos participando, y del que algún día os contaré más.
Con ésta ya son 5 las lámparas fluorescentes compactas que tenemos en funcionamiento en casa, sumando 48W en vez de 260W que teníamos con las incandescentes.
Tengo otras 5 sin usar porque no caben en la tulipa de la lámpara del salón.
Pero seguiremos...
Así que felicidades a Edison y Göbel por su invento que ha perdurado durante 129 años, y alguno que le queda todavía.
miércoles, 22 de octubre de 2008
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