jueves, 14 de octubre de 2010

Díaz Ferrán

El señor Díaz Ferrán, asaz presidente de la CEOE, se ha despachado diciendo que tiene la solución a la crisis.
Oh!, gurú entre gurús. Oh!, comendador de los creyentes. Oh!, gran Guía Espiritual.
Con razón eres tú el Gran Jefe entre los Jefes, el que da la cara, al que no tiembla el pulso cuando de salvar empresas se trata, creando riqueza y contribuyendo al bienestar....

Nuestro premio Nobel Don Santiago Ramón y Cajal dejó escrito, entre otras muchas cosas de provecho, la necesidad del investigador de conocer una lengua extranjera distinta a la propia, para así poder estudiar más en profundidad cualquier campo de la ciencia.
Yo, a pesar de que no hablo la lengua de Robespierre, sí que he encontrado una tablita la mar de interesante (ya la utilicé en otro post de temática parecida).
En dicha tablita se ve claramente cómo en España se trabaja más horas que en muchos países, mientras el PIB por habitante es de los más bajos.
Estos datos no son conjeturas de cómo salvar una crisis, son eso, datos. Que a veces se empeñan en destrozar castillos de arena, por mucho que estén hechos de la misma arena dura y refractaria que la cara de Díaz Ferrán.
¿Y dónde está el problema? ¿Cómo es posible que a pesar de trabajar los que más, produzcamos los que menos?
A lo mejor es que no sólo nos dedicamos a producir para la economía, a lo mejor es que las empresas pagan leasing de coches de lujo, a lo mejor es que las facturas de los móviles de la familia del empresario también los paga la empresa, y la gasolina y el gasoil del empresario para viajes particulares, a lo mejor es que las contabilidades no se hacen del todo bien, a lo mejor es que las empresas pagan alquiler en una nave de su propiedad, pero a otro nombre.... a lo mejor es que se han pensado que somos gilipollas.
Pues no me sale de los cojones callarme.
Porque a lo mejor es que sí, que me tengo que comer un sapo de un kilo de gordo, pero mirando a los ojos al que me hace comérmelo.
Porque ya me he cansado de oír hablar de crisis, mientras veo un día sí y otro también cómo nos toman el pelo, trabajando con tecnologías obsoletas que sonrojarían a un bosquimano, mientras se dice que los sueldos son muy altos.
Y sobre todo porque Internet es libre y aún nos queda este medio para poder decir ideas, por mucho que se aborrezcan (¿Voltaire?).

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