Me ha sorprendido este año, y muy gratamente, la impresionante presencia de papeleras en las calles de Pamplona. Cada dos farolas, un par de papeleras, bien señalizadas por un cartel elevado. Se acabó el tirar al suelo porque no hay una papelera cerca.
Me temo que ni por esas se van a librar los servicios de limpieza de la ardua tarea de retirar toneladas de basura del suelo cada día, pero seguro que ayuda.
Ingeniosa además la idea de amarrarlas al suelo con unos hierros. Es una lástima que haya que pensar en esas cosas, pero estoy seguro de que si no fuera por eso, alguna ya se habría convertido en improvisada goitibera.
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