jueves, 20 de noviembre de 2008

TIENDAS DE MODA

Hola amigos de la moda, superfashionsvictims que te mueres, usuarios todos universales de tiendas con lucecitas, música y ropa a tutijorobi. Sí, me refiero a las tiendas que todos sabemos: Zarra-pastrosa, Esprinfil, Breska, Estrafalarius, etc.

Hace pocos días fue mi cumpleaños y fui obsequiado con un rico presente adquirido en uno de estos establecimientos comerciales. Al abrirlo, oh sorpresa, me encontré dos estupendos jerseys, y al probármelos, decidí que uno me lo quedaba pero el otro lo CAMBIABA. Cuán poco podía yo sospechar que la desgracia cual plaga milenaria se cernía sobre mí.

Por todos es sabido que estas tiendas o bien se establecen en el centro del casco urbano, o bien en macrocentros comerciales a las afueras de la ciudad, por lo que en ambos casos necesito un transporte que me acerque. En un primer momento y dado que tenía que hacer más compras, me fui al centro comercial, donde una amable dependienta me explicó que la devolución del importe sólo se podía hacer al titular de la tarjeta de crédito con que se había hecho el pago. Y yo, como un cenutrio a estas alturas de la película, sin saberlo. Bueno, viaje perdido pero ya sobreaviso. Llamé a la persona que me hizo el regalo y le comenté la situación, por lo que quedé con ella para que, con su tarjeta, nos hicieran la devolución.
Esta vez, escogí ir al centro de la ciudad a una tienda de la misma cadena, donde tras pagar la ORA correspondiente, volví a hablar con otra dependienta que casi parecía un clon de la anterior, pues su vestimenta, peinado, maquillaje, complementos eran casi idénticos (¿serán humanos clonados y no lo sabemos?). Esta dependienta, igual de amable, me explicó que bien, que la tarjeta de crédito era necesaria, así como la tarjeta de cliente con la que se obtuvieron no sé qué puntos para no sé qué cosas. Y como la primera dependiente no me lo había explicado y dado lo puesto que estoy en esos temas, pues me vi sin poder cambiar de nuevo la prenda de ropa. O sea, ORA y viaje perdidos.

Al final, las cuentas que yo me hago son:
- Primer viaje al centro comercial: unos 10 km. de ida y vuelta, y una hora de tiempo.
- Segundo viaje a la ciudad: unos 5 km. de ida y vuelta, el pago de la ORA y otra hora de tiempo. Y es el tiempo de dos personas, yo y la de la tarjeta.
- Tercer viaje: la prenda se la ha quedado esta persona para devolverla,esta vez con todas las tarjetas, además de la fe de bautismo, la declaración de la renta, la última nómina, el carnet del Osasuna, las capitulaciones matrimoniales, el testamento, las últimas voluntades y el habeas corpus, todo por triplicado, sellado y visado por el Ilustre Colegio de Notarios de Bigüézal. No vaya a ser que falte algo.

TOTAL: Que si me voy al comercio de mi barrio donde me conocen de toda la vida, voy y vuelvo andando en 10 minutos y lo hago todo a la primera sin más historias. Y además me sale mucho más barato, porque sólo en gasolina ya me he gastado todo el supuesto ahorro que hice al comprar en esta tienda, por lo que voy a comprarme la ropa en tiendas de barrio, que además de tener precios más o menos parecidos, el servicio no tiene color, por no hablar de la calidad del tipo de ropas antes mencionadas, que tras una temporada están para el arrastre.

Un saludo consumista.

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